Friday, November 27, 2009

"El graffiti contra la pared.”

http://seminariografica.uchilefau.cl/?p=771

Universidad de Chile
Facultad de Arquitectura y Urbanismo

2009

autores:

Mauricio Labarca, Javier Narváez

Dicen en uno de sus parrafos:

"Sobre la entrevista a Alejandro “Mono” González "

"El entrevistado, por un lado, realizó una descripción histórica y analítica del movimiento del muralismo político y, por otro, habló respecto de su visión del fenómeno actual de Graffiti Hip Hop y su relación con el muro, lo colectivo y la industria publicitaria y comercial, en general.
Respecto del muralismo político aportó importantes luces sobre su origen, desarrollo y motivaciones originales. Fundamentalmente, nos dice, el muralismo político se gestó por la necesidad de comunicar a la población ciertos mensajes de contenido político y social y por la precariedad de recursos para hacerlo. Todo esto, a partir de los proyectos políticos de los diversos grupos y movimientos de la izquierda chilena de los 60’s y 70’s.
La ilegalidad y las condiciones materiales que ofrecían los muros determinaban y condicionaban las características de la obra, su simpleza, su mensaje directo y funcional e, incluso, las características del trabajo colectivo que esta actividad implicaba, en el sentido que los muralistas políticos debían repartirse tareas y funciones bien definidas para poder llevar a cabo su cometido.
Sobre el sentido colectivo, el entrevistado, deja entrever permanentemente que es parte esencial de la identidad de los muralistas, por lo mismo no demuestra ninguna vanidad ni sentido de propiedad individual respecto de sus obras. Emerge implícitamente la idea de que la producción muralista era y es una propiedad colectiva, muy lejana a la singularidad del autor que se puede apreciar en el desarrollo de las artes plásticas, en general, por ejemplo.
Surge como un concepto muy interesante el de “Taller Abierto” como manifestación patente de la exploración sobre el muro y su relación con el entorno y, sobretodo, con quienes interactúan con la obra. Se entiende el desarrollo mismo de la obra como una posibilidad de encuentro e intercambio de experiencias.
Además, el autor entiende que el desarrollo del muralismo, en la actualidad, apunta a la expresión de descontento y rebeldía, además del espacio en donde se pueden manifestar los sueños y anhelos de la población. También se convierte en una forma de irse apropiando de los espacios comunitarios y recuperar el terreno perdido ante el avance de la desintegración social.
Al referirse al fenómeno del Graffiti Hip Hop, señala que una de las principales diferencias con el muralismo político es la tendencia al individualismo que tiene una parte importante de los autores, pese a reconocer que existen muchos que intentan construir desde lo colectivo. Cada cual busca expresar lo que le nace, pero normalmente son temas propios y que no obedecen a la construcción de una identidad plural definida, de hecho sostiene que hay muchas conductas de imitación dentro del movimiento.
También alude a la pérdida de autonomía que muchos Graffiteros han sufrido al permitir que la industria comercial penetre en el movimiento, ya sea a través de auspicios a determinados “escritores” o de la apropiación de ciertos códigos que le permiten, a la industria comercial, entregar más fácilmente sus mensajes al mundo juvenil. De este modo, señala, la “maquinaria del sistema” se apropia de elementos que son propios de un movimiento que, en su sentido original, se gestó precisamente para oponerse y resistir al sistema social. Sobre ello, el autor es muy claro y enfático, es una opción que, desde la perspectiva individual puede comprenderse por no encontrar en el camino de la autogestión herramientas que aporten al desarrollo de la actividad, pero es un camino que él jamás tomaría, porque se opone a la esencia de lo que hace y las motivaciones originales de esta actividad. "