Saturday, August 25, 2007















Entrevista a Alejandro “Mono” González

Publicado por Cultura El Siglo
sábado, 25 de agosto de 2007
Alejandro “Mono” González


Exhibiendo las Sábanas de la Memoria

Ana Muga
Semanario El Siglo -chile

Lo público y lo privado" es el nombre de la exposición individual de Alejandro “Mono” González, que estará hasta el 31 de agosto abierta al público en la Biblioteca de Santiago (Matucana 151, Metro Quinta Normal).


Para quienes no lo conocen, Alejandro”Mono” González, fue uno de los jóvenes comunistas que a comienzos de la década de los 70 fundaron la mítica Brigada Ramona Parra para salir a rayar por el candidato de la UP, Salvador Allende. La misma que pasó de la simple consigna a llenar los muros de colores imprimiéndoles su trazo característico.
El “Mono” González, fue uno de los que se quedaron durante la dictadura, esperando la oportunidad para plasmar nuevamente la resistencia en los muros, y así lo hizo y lo sigue haciendo.
Y para los que le conocen y saben del valor de su trabajo, de su calidez y de su entrega, mayores presentaciones sobran, y sólo les queda acercarse al zócalo de la Biblioteca de Santiago a ver su muestra individual y adentrarse en las “sábanas de la memoria” que lo describen en “lo público y lo privado”.


Pintando sábanas de sacos harineros

Esta muestra saca del cajón de los recuerdos las sábanas de sacos harineros -fabricados en ese entonces de algodón-, hechas por su madre, al igual que en muchas casas proletarias.
“Son los recuerdos de cuando yo era chico y con estos sacos mi mamá me hacía los calzoncillos y las sábanas. Es mostrarles a los jóvenes que con las mínimas cosas, precarias, pero con dignidad dentro de la pobreza, nosotros lográbamos vivir, y de eso yo no me avergüenzo, porque es parte de la sociedad chilena el avergonzarse de estas cosas. Con esta exposición mucha gente que yo ni pensaban me han dicho que estas eran sus sábanas también, que eran abrigaditas…”
Las sábanas de saco también fueron el primer acercamiento gráfico del “Mono”, así nos lo relata: “Eran el primer contacto de esta familia pobre. Con ellas me protegía, me tapaba la cara, miraba los monos y dibujaba. Ahora estoy estampándoles los monos que he pintado en las calles. Entonces, estoy uniendo, en la lectura, lo que ha sido la lucha social con aquellas cosas de la infancia, pero además las estoy convirtiendo en piezas gráficas”. En ellas, recoge los diseños plasmados en los muros, estampándolos, esta vez en sus sábanas de antaño con los mismos materiales que se ocupaban en clandestinidad: la plantilla de papel, fácil de hacer desaparecer, y la pintura hecha con tierra de color y engrudo. “Para demostrar a los jóvenes que con cosas muy precarias y con ingenio, se puede hacer obras de arte”.

Arte y propaganda

En la exposición se siente una actitud de vida pero sin panfleto, no hay “echonas ni martillos”, pero se sabe quien está parado detrás de la obra. “Esa es la lección que uno le quiere dar a la gente, en el sentido de estar ligado a una actitud de vida permanente de consecuencia y quiero morir así, tranquilo con la conciencia, pero trabajando, creando”.
“Vengo de una radio donde me entrevistaron y me preguntaban cómo empezamos: empezamos en la clandestinidad a rayar con el ancho de la brocha, cuando no existían los spray ni los chiporro, y mira ahora esto ya es parte del acervo cultural de este país. Y eso surge de la lucha social y su expresión que busca poder decir algo a través de estos soportes porque no tiene otros medios, pero esos medios han creado también esto otro. Me han educado a mi, esa es mi escuela. El gran aporte que hemos hecho nosotros tanto en la música, en la grafica como en los murales, ha sido que a través de la lucha social se ha desarrollado esta cultura”.
“Cuando me dicen: llegó la democracia ¿y ahora usted porqué lucha? Bueno yo lucho porque realmente sea una democracia, porque sea una sociedad justa y para ello ocupo todos los espacios. Espacio que se puede abrir, me meto”, explica el pintor. Y en eso está. Para el próximo año ya está autorizado un mural en la Estación Bustamante del Metro, en homenaje a los trabajadores, que se inaugurará el Primero de Mayo de 2008.

Exposición en construcción

La muestra, que comenzó con 15 cuadros de 60 por 70, y dos lienzos de gran formato, seguirá creciendo mientras dure la exhibición, surgiendo nuevas obras del taller montado a un costado de zócalo, en el que se puede ver al artista, calando papel o sacando pruebas de su bastidor.
La idea, nos cuenta el “Mono”, es sacar los lienzos a la plaza de la Biblioteca, al alcance de “todos los cabros chicos” y llenarla con “las sábanas de la memoria”.
En ellas, hay fusilamientos, familias, el patio 29, rostros, manos… todas imágenes reconocibles y asociadas a tanto muro intervenido, en homenaje, en demanda o en clamor popular.
“Estoy denunciándome como un artista plástico visual, pero con una raíz y una identidad que viene de la calle. Eso es lo que estoy mostrando acá”.
A la muestra “Lo público y lo privado”, se le suma otra exposición del muralista donde aborda las masacres de trabajadores en homenaje al centenario de la matanza en la Escuela Santa María de Iquique en 1907, exhibida en la casa de Isla Negra de Pablo Neruda hasta el 30 de julio recién pasado. Ambas muestras, anuncia el “Mono”, viajarán a distintas ciudades del país junto con su autor, porque, lejos de ser exposiciones tradicionales, las instalaciones del “Mono” González, son instancias de intercambio, participación y aprendizaje para quienes asisten a verlas.
La segunda quincena de septiembre, la exposición que hoy está en la Biblioteca de Santiago se traslada a Puerto Montt; mientras que los lienzos de las masacres estarán en La Serena para la primera quincena de octubre.
“En Puerto Montt, la municipalidad quiere que pintemos con los estudiantes. Van a mandar dos o tres estudiantes de cada curso de las escuelas municipalizadas a pintar conmigo en la calle. O sea, están reconociendo el soporte, están recociendo esa forma de expresión que antes era rechazada”.
“La propaganda callejera tienen un poco la tradición de la Lira Popular, en el sentido que estaba la imagen y estaba el verso. Nosotros teníamos la consigna y estaba la imagen. Y que viene de la literatura de cordel, que son el origen incluso de los murales mexicanos. Es decir, el arte docto se puede nutrir y debe nutrirse del arte popular, y los murales de las calles ya son parte del arte popular”.

Una vuelta por Europa

El 2 de septiembre el muralista viaja a Holanda, invitado por un colectivo de chilenos residentes para conmemorar el 11 de Septiembre con murales, mesas redondas y foros, donde el muralista tendrá una participación especial. De ahí se trasladará a Paris, a la fiesta de L’Humanité, para estar en el stand cubano preparando los 40 años de la muerte del Che.
En Europa estará alrededor de 20 días bien agitados. “Los viajes largos son perniciosos, terminan transformándose en paseo”, dice el pintor. “Para allá vamos con una exposición y haremos un taller de gráfica y pintaremos un mural en la calle. En París, el municipio de Saint Denise, ya tiene el espacio y la pintura”, nos cuenta.

Haciendo cine y escenarios

Mientras expone, enseña, viaja a pintar afuera y sigue enseñando, en la cabeza del “Mono” González rondan las imágenes para celebrar el centenario de Salvador Allende el próximo año y los cien años del Partido Comunista en cinco años más. A la vez que trabaja remuneradamente en escenografías o realizando ambientaciones para el cine. Uno de sus trabajos en esa área la realizó con la película “Machuca” de Andrés Wood, y a comienzos de año, entre febrero y marzo participó en la construcción y realización de la escenografía de la película “El Brindis”, aún no estrenada.
Ahora está trabajando con el grupo Chancho en Piedra, montando el escenario especial con el que el grupo celebra el año del chancho en el horóscopo chino. Y con ellos también está trabajando una escenografía para montar la Cantata Santa María en versión rock, que esperan tener lista para la conmemoración que se realizará en Iquique en diciembre de este año. Trabajos que realiza con muchas ganas, nos dice, por la cercanía con los jóvenes.
“Me encanta hacer talleres a los jóvenes, enseñarles a trazar, a que pierdan el miedo, a aprovechar el soporte callejero, aprovechar la calle, armarles una perspectiva de identidad, ayudarles en la memoria, ayudarle en las técnicas… en eso trato de ser bien didáctico, no digo que lo he conseguido, pero trato de hacerlo, porque la vida es difícil, pero hago el intento y creo que voy a perecer en el intento.
“Lo más lindo y el mensaje para todos los jóvenes es que a través de estas luchas uno puede crear, nutrirse y luchar”, concluye el maestro.